La capacidad de trabajo es una dimensión que evalúa si la persona empleada es capaz de hacer su trabajo en la actualidad y en el
futuro, en relación con las demandas del propio trabajo, el entorno laboral y sus propios recursos físicos y mentales. La valoración de la
salud y la capacidad son la base para medir la capacidad de trabajo, al igual que la competencia y el conocimiento profesional (habilidades), los valores, las actitudes y la motivación, el tipo de trabajo y el entorno laboral.
Unas condiciones laborales que resultan exigentes a nivel físico o que implican un bajo control del trabajo o que se hacen en un ambiente de trabajo difícil reducen la capacidad de trabajo de la persona.
Se puede valorar la capacidad de trabajo con el índice de capacidad de trabajo, un

cuestionario desarrollado por el Instituto Finlandés de Salud Ocupacional (FIOH) en la década de 1980 basado en la autoevaluación de las personas empleadas sobre su propia capacidad de trabajo
actual.
La pregunta científica básica fue cuánto tiempo son capaces de trabajar las personas empleadas y las empleadoras, y hasta qué punto su capacidad de trabajo depende del contenido de trabajo y de sus
exigencias. El concepto de capacidad de trabajo se adoptó posteriormente en otros países de Europa y Asia [3].
La conciencia de los factores que, sea en el plano personal o el ambiental, determinan la capacidad de trabajo permite adoptar medidas científicas para aumentar la participación de las personas empleadas en el trabajo o mejorar la productividad laboral.

[3] Morschhäuser M., Sochert R., Healthy Work in an Ageing Europe – Strategies and Instruments for Prolonging Working Life, ENWHP, 2006

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