La clave para ser buen gerente, capaz de implicar a toda la plantilla en la mejora de la capacidad de trabajo de la empresa, es saber cómo introducir adaptaciones no solo para quienes tienen necesidades especiales o sufren enfermedades crónicas, sino para todos en general. El concepto de adaptaciones razonables tiene su raíz en la legislación de
Estados Unidos pero ha sido adoptada por las Naciones Unidas en su Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de
2006 para indicar todas las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas para garantizar a las personas con discapacidad el disfrute y ejercicio de sus derechos humanos.
Dentro del entorno laboral, se pueden describir las adaptaciones razonables como cualquier cambio o adaptación en el trabajo, el entorno de trabajo o la forma habitual de trabajo que permite a la persona que sufre una enfermedad crónica realizar las funciones esenciales de su trabajo.